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En un mundo donde las transacciones digitales están en auge, puede parecer que el efectivo está quedando obsoleto. Sin embargo, millones de personas en todo el mundo todavía dependen del dinero en metálico para sus transacciones diarias. Y donde hay efectivo, hay un riesgo de falsificación.

Pese a que los métodos de pago digitales, como las tarjetas, están cada vez más en uso, la realidad es que la mayoría de personas todavía prefieren pagar con efectivo en el día a día. Según un informe del Banco de España sobre hábitos de uso del dinero en 2022, tres de cada cinco personas utilizan efectivo en su vida cotidiana, sobre todo para operaciones de poco importe.

Esto uso conlleva un riesgo: la falsedad de los billetes y monedas.

Si bien no es posible contabilizar la cifra de billetes falsos en circulación en un determinado momento, sí que disponemos del dato sobre las cantidades retiradas en los últimos años en la zona euro: desde los 885 mil billetes en el año 2015 a los 559 mil del año 2019 y los 376 mil de 2022.

Aunque puede parecer un número elevado, el Banco Central Europeo insiste en que la probabilidad de recibir un billete fraudulento es muy baja. No obstante, en caso de sospecha, no debemos aceptarlo, pues carece de valor y no recibiremos ninguna contrapartida, aunque se entregue a las autoridades.

Si, a pesar de la precaución empleada se nos cuela un billete falso debemos tener en cuenta que si posteriormente lo usamos para pagar estamos incurriendo en un delito tipificado en el Código Penal, que además es considerado como grave si la cantidad excede de 400 euros. Antes de la reforma del Código Penal en el año 2015, la expedición de moneda falsa se sancionaba como una falta.

Art. 386.3. El que habiendo recibido de buena fe moneda falsa la expenda o distribuya después de constarle su falsedad será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a veinticuatro meses. No obstante, si el valor aparente de la moneda no excediera de 400 euros, se impondrá la pena de multa de uno a tres meses.

Lo recomendable si presumimos que hemos sido víctimas de una falsificación, es avisar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y depositar la prueba del delito en una sucursal bancaria o en las oficinas del Banco de España.

Toque, mire y gire ¿Cómo identificar un billete falso?

Pese a que en el mercado existen gran variedad de dispositivos para detectar los billetes falsos, rotuladores, máquinas de luz ultravioleta, aplicaciones móviles, etc.… el método recomendado por el Banco Central Europeo y el Banco de España es el llamado “toque, mire y gire”.

Método táctil

El primer paso es tocar el billete. “Por un lado, el papel está hecho de fibra de algodón, con lo que al sacudirlo se puede percibir un sonido característico”. Además, el billete tiene varios elementos en relieve que también pueden ser identificados. En los bordes izquierdo y derecho posee una serie de líneas cortas (especialmente destinado para los invidentes). La cifra grande que indica el valor, así como las letras, también se aprecian en relieve.

Método visual

A continuación, se debe revisar el billete. Al trasluz podemos observar varios elementos de seguridad. Los más relevantes son:

• Marca de agua. En ambos lados del billete se aprecia una imagen difusa que muestra un retrato de Europa, una ventana y el valor del billete.

• Hilo de seguridad. Se trata de una banda oscura embebida en el papel, en donde se puede leer la cifra del valor del billete y el símbolo del euro.

• Ventana con retrato. Situada en la parte superior de la banda metálica, se vuelve transparente y muestra el retrato de Europa por ambos lados.

Método de giro

Si todavía no tiene claro si es verdadero o falso, queda el último paso: girar. Al inclinar ligeramente el bille se puede apreciar un efecto visual de cambio de color en el retrato, el motivo principal y el valor situados en el anverso. Además, en cuanto al número localizado en la esquina inferior izquierda, se podrá distinguir un reflejo entre verde esmeralda y azulado metálico al inclinar el papel.

¿Qué se hace con los billetes falsos?

Tal y como establece el Reglamento 1338/2001/CE, “Las entidades de crédito tienen la obligación de retirar de la circulación todos los billetes y monedas en euros recibidos cuya falsedad les conste o puedan suponer fundadamente. Así mismo, deben entregarlos sin demora al Banco de España”. El incumplimiento de esta obligación, se considera una infracción administrativa grave.

Junto al envío del billete se adjunta un formulario en el que tendremos que rellenar nuestros datos personales y el número de cuenta bancaria para que nos puedan ingresar el importe en caso de que, tras su peritaje por el Banco de España, se compruebe que es de curso legal. Es importante también dejar constancia de donde o quien nos lo entregó, pues esta información puede ser de gran utilidad para la Policía a la hora de intentar localizar a los delincuentes.

Es el Departamento de Emisión y Caja del Banco de España el encargado de la detección, recogida y análisis de los datos técnicos y estadísticos relativos a los billetes falsos denominados en euros, para su posterior comunicación al Banco Central Europeo, el cual a través del Centro de Análisis de Falsificaciones (CAF) lleva a cabo un exhaustivo seguimiento de las nuevas técnicas de impresión y reproducción de imágenes, así como de las falsificaciones detectadas. En última instancia son comunicadas a las Fuerzas de Seguridad y otros entes que trabajan de manera conjunta en la lucha contra la falsificación.

Puedes leer la noticia completa en La Ley

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